martes, 4 de diciembre de 2007

Interludio (o Epílogo para una Intervención)


La United Fruit Co.
Pablo Neruda

Cuando sonó la trompeta, estuvo
todo preparado en la tierra,
y Jehova repartió el mundo
a Coca-Cola Inc., Anaconda,
Ford Motors, y otras entidades:
la Compañía Frutera Inc.
se reservó lo más jugoso,l
a costa central de mi tierra,
la dulce cintura de América.
Bautizó de nuevo sus tierras
como "Repúblicas Bananas,
"y sobre los muertos dormidos,
sobre los héroes inquietos
que conquistaron la grandeza,
la libertad y las banderas,
estableció la ópera bufa:
enajenó los albedríos
regaló coronas de César,
desenvainó la envidia, atraj
ola dictadora de las moscas,
moscas Trujillos, moscas Tachos,
moscas Carías, moscas Martínez,
moscas Ubico, moscas húmedas
de sangre humilde y mermelada,
moscas borrachas que zumban
sobre las tumbas populares,
moscas de circo, sabias moscas
entendidas en tiranía.
Entre las moscas sanguinarias
la Frutera desembarca,
arrasando el café y las frutas,
en sus barcos que deslizaron
como bandejas el tesoro
de nuestras tierras sumergidas.
Mientras tanto, por los abismos
azucarados de los puertos,
caían indios sepultados
en el vapor de la mañana:
un cuerpo rueda, una cosa
sin nombre, un número caído,
un racimo de fruta muerta
derramada en el pudridero.
Imagen: Diego Rivera

Capítulo 10: De la canción, a la intervención...
















Sin duda, cuando las armas de la cultura son insuficientes, EEUU no dudará tomar otro tipo de armas. Si la instalación del capital norteamericano en escenario latinoamericano requirió de una enorme tarea de legitimación emprendida a través de los medios de comunicación de masas y de la producción de conocimiento que estableciera relaciones de dominio cultural con los países del sur, cualquier amenaza a esta labor sería respondida con toda la fuerza que la defensa del capital requiriera.


En Guatemala, la United Fruit Company poseía el 70% de las tierras agrícolas. Cuando en 1954 llega al poder Jacobo Arbenz (en la foto) el gobierno nortemericano intervendrá en favor de los intereses de sus compatriotas en Guatemala. En principio, a través de una campaña que ataca la popularidad del presidente, vinculándolo los comunistas; y finalmente, con una operación manejada por la CIA, llamada Operación Éxito, que incluyó la creación de grupos paramilatres para conseguir la destitución de Arbenz y la instalación de un gobierno afín. Todo, por defender los desinteresados intereses de los norteamericanos...


Cuando el escenario se vuelve peligroso para los intereses del capital, toda la sutileza de la dominación simbólica será relevada por una dominación explícita, que complementa y sustituye a la primera si es conveniente. En el caso de Guatemala, no se trató únicamente de la defensa ideológica contra el comunismo -como se planteó-, sino de los intereses económicos en la región.
El paso de la alegre música a la explícita defensa armada, no es extraña dentro de la lógica establecida entre los intereses económicos y culturales, que es fácil detectar a partir de este caso.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Interludio: "La Conquista del Trópico"


"Capítulo 1: Nuestros Descuidados Vecinos Tropicales

Nuestra insular indiferencia acerca de los sentimientos, problemas y aspiraciones de los pueblos del sur de este continente, es interpretada por ellos como desprecio. Esto ha generado en la mayor parte de América un sentimiento de resentimiento, sospecha y enemistad hacia los Estados Unidos. Ciertamente, esto no es una ventaja para revertir la mala disposición de quienes que deben ser nuestros aliados .

Lo cierto, es que tenemos muy desarrollada una actitud de autosuficiencia. Estamos muy seguros de que los Estados Unidos son el mayor país en el mundo, lo que a veces nos inclina a actuar como si fuera el único país en el mundo. Algunos de nosotros somos tan estrechos de mente, que nos resulta imposible entender por qué un ciudadano de la Estados Unidos va a vivir o se atreve a invertir un dólar fuera de los confines de su país natal. El espíritu de iniciativa y de empresa no reconoce líneas nacionales. La grandes naciones de la historia son aquellas que alentaron a sus ciudadanos a salir en el mundo y desarrollarse comercial e industrialmente...

Los Estados Unidos de América tienen grandes recursos, poseemos una increible variedad de productos en los suelos, pero... no podemos crear a partir de ello todas las necesidades de la civilización moderna y que pertenecen al sencillo mandato del comercio.

La conquista comercial por Europa del trópico de Asia y de las islas del Pacífico será recordada en el futuro por los historiadores como un logro monumental de esta época. Tal desarrollo sigue en progreso. Éste consiste en aplicar los métodos de una alta civilización y de la industria científica en las grandes áreas tropicales que permanecen subdesarrolladas.

Hay una razón por la cual el Trópico Americano no ha participado en el estupendo progreso de las otras áreas tropicales, y la razón es esta: la inestabilidad de sus gobiernos ha detenido el capital y la iniciativa empresarial de llevar a cabo el desarrollo de sus maravillosos recursos tropicales. Los Estados Unidos son muy responsables del actual estado de las cosas. Nuestros pecados nacionales no son de participación, pero sí de omisión. No hemos puesto atención al bienestar de nuestros vecinos tropicales por la egoista e ignorante razón de que no consideramos su importancia...

Algún día aprenderemos, como los financieros han aprendido a un alto costo, que cada nación comparte la prosperidad o angustia de todas las otras naciones. Nosotros, estadounidenses, pagamos el precio en los períodos sin ley que azotaron México y otras repúblicas tropicales. La revolución, similar al huracán que destruye las cosechas en el trópico, sube el costo de vida de los habitantes de cada ciudad, villa y sección en los Estados Unidos. Por otra parte, cualquier iniciativa empresarial que incremene la productividad de esas regiones tropicales aumenta directamente las ventajas y bienestar de toda la población de los Estados Unidos...

Sería natural suponer que el Gobierno de los Estados Unidos, la prensa y el sentimiento popular de pueblo apoyará todos los esfuerzos y aplaudriá cualquier movimiento que busque el desarrollo de los trópicos. No tenemos trópico propio.

El mundo tiene la certeza que los Estados Unidos estaría alerta para completar la conquista comercial e industrial de los trópicos americanos. No se ha pensado ni se necesita la anexión del territorio, pero el mundo supone que la Doctrina Monroe y el Canal de Panamá implican que lo Estados Unidos estaba completamente atento a la urgencia de ejercer cada justo esfuerzo y usar toda influencia legitima para fomentar que sus ciudadanos abracen este deber patriotico"

En "La Conquista del Trópico: La historia de la iniciativa empresarial emprendida por la United Fruit Company" de Frederick Upham Adams, Nueva York, 1914

domingo, 2 de diciembre de 2007

Capítulo 9: La Misión Civilizadora

Al interior de la sociedad norteamericana, la producción de bananas se planteó en términos civilizadores, destacando el progreso que la UFCo estaba introduciendo en los países Centroamericanos, al desarrolar polos de desarrollo en la región. Como parte de los esfuerzos por consolidar un mercado interno, se desarrolla una serie de propaganda interna que difunda el sentido civilizador de la presencia de EEUU en el panorama mundial. Entre otros, se publican libros y documentales que transmiten este discurso que logra el doble efecto de potenciar el mercado interno y generar una imagen positiva en la opinión pública, en cuanto la empresa estaba cumpliendo aportando en la misión nacional de ser un ejemplo para el resto del mundo. Como en la imagen, la irrupción del país en norteamérica era percibida por los norteamericanos como un referentepara los latinoamericanos que observan absortos la magnitud del progreso que trae la UFCo. Para difundir esta representación, se utilizarán múltiples lenguajes y soportes.




En el documental "Journay to Banana Land" (1950) se introduce al espectador en las características geográficas de la zona de explotación bananera, destacando los contrastes culturales y la presencia norteamericana a partir del comercio. "Los norteamericanos pueden venir a hacer negocios aquí y en las tiendas hay productos norteamericanos" cuenta el narrador. Las imágenes van formando un relato etnográfico, donde un obsrvador lejano describe acuiciosamente las características visibles del otro centroamericano, constrastando así identidades culturales y los niveles de progreso de ambas sociedades. Produciendo este tipo de documentos, los estadounidenses están llenando "vacíos de conocimiento" [1] sobre estas regiones, justificando así la presencia de los Estados Unidos como productor de conocimiento y desarrollo económico que tiene la misión de sacar a Centroamérica del desconocimiento y documentar las particularidades de su existencia, todo esto, de manera "desinteresada" [2]

En este caso, el soporte audiovisual del discurso, crea la impresión de estar frente a un relato objetivo e imparcial -casi científico- de la realidad que se expone. El hecho de rodar imágenes directas de la realidad, sin que -supuestamente- intervenga la intención creativa del documentalista, crea la ilusión audiovisual de la imparcialidad, sin explicitar el carácter representacional del discurso cinematográfico. Tras éste, sin embargo, existe toda una trama recreada y re-presentada intencionalmente que apuntan a la creación de un relato propagandístico con barniz objetivo...¿Por no aparecen en escena las condiciones laborales de las plantaciones descritas por Carlos Fallas en Mamita Yunai? Porque tras ambos relatos -el cinematográfico y el literario- existen distintas intencionalidades y motivaciones.

De esta forma, es posible entender que en la medida que se extiende el interés económico, simultáneamente se va generando un interés de tipo cultural. Se construye una verdadera geografía del poder legitimada mediante la cultura, en cuanto "la comunidad mercantil ya sabía que ese modo de proceder, esa forma de construcción del imperio informal (la apropiación violenta), estaba condenada al fracaso [3] siendo necesario una incorporación intelectual de los nuevos territorios al universo cultural y social norteamericano. Es decir, es necesario legitimar y hegemonizar su discurso, su propia interpretación de las relaciones de poder con los países, en conciliación con su propio mito de fundación interno de la libertad y la soberanía, cuya conjugación más eficiente fue la conformación de una hegemonía cultural e intelectual sobre la representación del otro latinoamericano como un sujeto por civilizar.

[1] Ricardo Salvatore, Imágenes de un imperio. Estados Unidos y las formas de representación de América Latina, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2006, p. 9
[2] Ernest R. May, “El destino de Estados Unidos en el siglo XX” Daniel J. Boorstin (dirección), Estados Unidos, Historia de las Civilizaciones 12, Madrid, Alianza Editorial/ Labor, 1989, p.483
[3] Ricardo Salvatore, Op.Cit., p.94
[4]
Ernest R. May, Ibid., p.474

sábado, 1 de diciembre de 2007

Capítulo 7: La Representación del Otro


La imagen de Chiquita Banana es una representación específica del otro Lationamericano desarrollado en un formato masivo que permite su popularización. Se trata de un nuevo lenguaje que activa el viejo mensaje de la diferenciación respecto al otro, modificándolo según las nuevas pautas de difusión de mensajes en una sociedad de masas. La música, la imagen y el movimiento están puestos en función de las necesidades publicitarias de la Compañía, pero lo que se reproduce en los films financiados por la UFCo escapa de lo creado por dicha empresa. Se trata de una representación cultural detectable en muchas otras expresiones, generada en situaciones históricas específicas de diversidad de cosmovisiones, de un proyecto político estadounidense que ve en lo lationamericano un territorio estratégico y culturalmente disímil, por lo que en el ambito cultural tienden a reproducirse imagenes preconcebidas y estereotipadas.

Carmen Miranda, cantante brasileña identificada con Chiquita Banana, será uno de estos claros estereotipos que trasciende largamente la estrategia mercantil de la UFCo, que más bien habla de una representación cultural creada, producida y difundida en los EEUU. Esta imagen de los latinoamericanos como personas eminentemente festivas, lúdicas, sensualizadas y ociosas, es parte del "sistema de argumentos que autorizaba la presencia y producción cultural de los estadounidenses en el extranjero" [1] y que sobretodo consolidaba la identidad del otro en la diferencia y la lejanía, exotismo que establece una relación de poder entre ambas partes, al no tratarse de relaciones horizontales sino de una parte civilizada y productora frente a otra lúdica y festiva, en una caricaturización cultural y esencialización de la identidad latinoamericana. Como señalara Edward Said para la relación de Oriente y Occidente, la visión del otro era una construcción pre-establecida y en ese sentido, los occidentales, en este caso, los nortemaericanos, ven lo que quieren ver, para describrilo, enseñarlo, colonizarlo y decidir sobre él [2]

Cuando las representaciones y discursos se hacen hegemónica, más efectiva es la dominación en el ámbito de las significaciones culturales, en la medida que éstas se adoptan y normalizan incuso por los mismos latinoamericanos, como es el caso de Carmen Miranda que utiliza la imagen bananera durante toda su carrera artística.

[1] Ricardo Salvatore, Imágenes de un imperio. Estados Unidos y las formas de representación de América Latina, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2006, p.27
[2] Edward Said.
Orientalismo, Debate, España, 2002

Más Chiquita....

Interludio Musical



A través de esta animación, transmitida en medios de comunicación masivos como la televisión y en el cine, se populariza el personaje de Chiquita Banana mediante la unión de imagen y sonido, popularizando el jingle en voz de Carmen Miranda, música brasileña que con el tiempo homologa su imágen a la de Chiquita. Son varios los spots publicitarios personificados por Chiquita, siempre acompañados por la entonación característica de su tema musical, donde esta cumple un rol heróico en la cotidianeidad, enseñando distintas posibilidades y situaciones donde es posible consumir plátanos. En todos ellos siempre es detectable pequeños niveles de erotismo en el mensaje de Chiquita, sobre todo en su relación con personajes masculinos. Nunca abandona, por lo demás, su carácter educativo, que es lo que la convierte en una heroína doméstica, como reza su canción:

I'm Chiquita banana and I've come to say 
Bananas have to ripen in a certain way
When they are fleck'd with brown and have a golden hue
Bananas taste the best and are best for you
You can put them in
a salad
You can put them in a pie-aye
Any way you want to eat them
It's impossible to beat them
But, bananas like the climate
of the very, very
tropical equator

So you should never put bananas in the refrigerator

(Soy Chiquita Banana y vine a decir / que los plátanos tienen que madurar de una forma determinda/ cuando están poniéndose café y tienen un tono dorado / los plátanos tienen mejor sabor y son mejores para tí / pudes ponerlos en una ensalada / puedes ponerlos en un pastel / de la forma que desees comerlos / es imposible ganarles / pero a las bananas les gusta el clima del muy, muy tropical Ecuador / así que nunca debes ponerlas en el refrigerador)

La letra de la canción compuesta por
Leonard MacKenzie, Garth Montgomery & William Wirges en 1944, expresa claramente la función educativa de esta pro ducción cultural: introduce a un público general en un conocimiento básico del consumo de bananas y da advertencias para su adecuada manipulación. Con la referencia al clima tropical, se vuelva a exotizar el consumo de la fruta, como un elemento traído desde lejos que debe ser conservado fuera del refrigerador, en oposición al resto de los alimentos.

Las imágenes del primer video llamado "Chiquita Banana" de 1947 dirigido por
Stephen Worth nos muestran interesantes representaciones: Chiquita viene en un gran buque mercantil y es recibida por carteles de "Bienvenida", autoridades y periodistas en su llegada al Puerto donde es muy bien atendid a por la gente que que la trata como una celebridad. En este momento ella se presenta ("Soy Chiquita Banana y vine a decir...) dando ejemplos concretos del consumo de Banana, al elegir a la banana adecuada, personificadas masculinamente a través de voces, que piden a Chiquita que los escoja a ellos para consumirlos. "No todavía querido", le responde a una de las bananas que no está lo suficientemente madura. Más adelante señala que "ahora los médicos las incluyen en las dietas de los bebés / pienso que si está bien para los bebés / todos deberían tratar" resaltando la transversalidad del consumo de la fruta. Es llamativo como se representa el Ecuador en cierta parte de la canción, donde se explica que las bananas crecen en un ambiente tropical y aparece un grupo de frutas dedicadas al ocio, tomando sol o durmiendo en la playa, representando de esa manera "poco productiva" la vida en dicha región que no es otra sino Lationamérica.

En un segundo video llamado "Chiquita Banana va al Norte" (1947,
Stephen Worth) el personaje vuelve a aparecer transportada ahora por un trineo y da instruccione de cómo cocinar la fruta en este clima. Similar instrucción da en un tercer video llamado "Chiquita y los Caníbales"(1947, Stephen Worth) que otorga especiales luces acerca de la representación racista que se hace de otros lugares del mundo. En él aparece un explorador occidental dentro de una caldera, a punto de ser comido por un Caníbal negro, aunque con ciertos ropajes y lenguaje doctos, a modo de caricatura. Chiquita aparece al rescate y le enseña al caníbal que "si quiere ser civilizado" no se coma al otro hombre, sino que aprenda a cocinar. Tras una nueva receta, el Caníbal reconoce los beneficios de la "civilización" y el problema queda solucionado.
Estos mensajes y representaciones son difundidos masivamente por la Compañía, no como una tarea anexa a su producción, sino como parte esencial de ésta, en cuanto se requiere reforzar la construcción de un mercado de consumo interno que absorva la producción de bananas y de un mensaje acerca de ésta.



Capítulo 6: ¿Qué viene a decir Chiquita Banana?



En esta siguiente etapa (1940-1950) las imagenes difundidas por la UFCo utilizan profusamente a este nuevo personaje en la presentación de su producto. Se difunden distintas recetas realizables con plátanos, junto a numerosas imágenes de Chiquita presentando el producto, en todas las cuales aparece transmite alegría y vitalidad -incluso musicalidad-, apareciendo en algunas escenas cocinando ella misma, demostrando así cercanía con la labor de las dueñas de casa estadounidense, aunque vale decir que ya no se muestra a mujeres ni niños en las imágenes, sólo a Chiquita, dejando abierta la posibilidad de dirigirse a un público más amplio, como se muestra en el siguiente comics de 1950, donde Chiquita se relaciona directamente con dos jóvenes, lo que podría hablarnos de la adecuación de la estrategia publicitaria a los nuevos roles de género en proceso de transformación en la sociedad norteamericana.

En "Chiquita al Rescate" la tropical banana es homologada a un superheroe que rescata del cansancio a dos jóvenes estudiantes que ante la pregunta ¿qué haremos ahora? encuentran respuesta tras la aparición de la sonriente banana: "es simple, toma un poco de mí" solucionando la situación -ausencia de comida- y enseñando a los receptores -¿las madres?- lo adecuado de la banana para dichos destinatarios.

Más abajo, se ofrece una copia de la canción de Chiquita a cambio del envío de un cupón con los datos personales del lector. Así, la estrategia publicitaria del a UFCo incluye la difusión de producciones culturales que llegasen a todo público, inviertiendo en la difusión masiva de su producción ya no sólo frutera, sino también cultural.

Capítulo 5: El Arribo de Chiquita...

En 1940 aparecen las primeras imágenes de Chiquita Banana, personificación de la fruta con rasgos femeninos de denotada sensualidad y simpatía. Se representa a través de la alegre banana, un tipo femenino latinoamericano, que con el tiempo será la principal imagen de la Compañía que busca publicitar su producción, a tal punto que en 1970 la Compañía cambia su nombre al de Chiquita Brands al ser adquirida por otra multinacional.

La imagen de Chiquita primero aparecerá en logos, para luego adquirir vida propia en los afiches, animaciones, música y hasta un concurso de belleza en los años 60.

A través de su imagen podemos analizar la representación de la cultura latinoamericana que difunde la UFCo, destacando rasgos festivos y sensuales que exotizan la imagen de la banana que arriba felizmente a Norteamérica.

Capítulo 4: Que toda Norteamérica Consuma Bananas



En una primera etapa (1926-1931) la publicidad de la UFCo es esencialmente educativa, utilizando para ello un medio de transmisión de mensaje masivo: afiches publicados en revistas, para hacer llegar estas ideas a un amplio público. Éstas imágenes son altamente elaboradas, acompañadas de texto escrito que profundizan lo que se busca transmitir, donde destacan imagenes de carácter familiar y cotidiano que buscan reproducir la realidad cotidiana de una familia norteamericana: la tarea diaria de cocinar, la escuela, los niños.

El explícito sentido de educar en el consumo de bananas se demuestra en el primer afiche (1931) publicado en la revista "Collier's, The National Weekly", con una profesora señalando la banana en un pizarrón escolar -rayado con operaciones matemáticas básicas, realizables por gran parte de la población desde temprana edad- acompañado de la frase "Aprendiendo a alimentar a nuestros hijos... aprendemos a alimentarnos a nosotros". Este afiche va dirigido en especial a las dueñas de casa, con un tono cercano y familiar, para que completen su labor educativa al informarse de los beneficios del consumo de bananas.

La presencia de los niños en la propaganda de la UFCo está muy bien reflejada en el segundo (1927) y tercer (1926) afiche, que informan acerca de lo idoneo de éste producto para el consumo de incluso los "dientes más chiquitos", apareciéndo un par de bananas al lado de juguetes infantiles. En la siguiente imagen lo lúdico ha sido reemplazado por indumentarias escolares -un mapa y libros escolares- presentando a las bananas como una colación idónea para los niños, fácil de consumir y transportar, lo que quita complejidad a las tareas domésticas de las dueñas de casa.

Con el mismo sentido, en el último afiche (1928) se ofrece una posible receta con bananas, recalcando la posibilidad de probar alimentos tropicales de manera sencilla -una ensalada. Para ello se acompaña la imagen del plátano con plantas tropicales, dándole una especial imágen de producto exótico que la UFCo es capaz de traer a su mesa.

Imágenes obtenidas en la página corporativa de Chiquita Brands (nombre actual de la UFCo).

Momento!... ¿Quién come tanto plátano?

Tenemos la Empresa, las plantaciones, los trabajadores, el ferrocarril, la flota... pero ¿quién se come los plátanos? Junto a la producción de la mercancía la UFCo se enfrenta al desafío de producir un mercado de consumo que sea capaz de absorver niveles de producción de tipo industrial. Para hacer sostenibles altos niveles de producción, la Empresa requiere de un público objetivo promedio que consuma periódicamente sus productos y para eso debe cambiar el carácter suntuario del consumo de bananas.

Para producir el deseo de consumir bananas la UFCo utilizará todas las herramientas propias de la Sociedad de Masas del siglo XX: los Medios de Comunicación de Masas inauguran inimaginables alternativas de llegar a grupos de población utilizando los progresos técnicos a través de un discurso publicitario adecuado a las necesidades de los consumidores y la empresa. La UFCo genera un aparato publicitario de primer nivel: afiches, dibujos animados, documentales, libros, música.

El público al que se desea llegar es al ciudadano promedio de clase media norteamericano, cuyo nivel de ingresos le permitiera sostener un nivel de consumo constante. Para ello se utiliza un discurso de carácter pedagógico que busca educar a la población en las bondades del consumo de bananas, destacando sus cualidades nutricionales, la rapidez y simpleza de su consumo, lo que lo hace un producto adecuado para toda la familia, en especial para los niños. Por otro lado, es necesario derribar prejuicios y mitos respecto al consumo de la banana, como por ejemplo, el que condena que las mujeres coman plátanos en espacios públicos por una clara alusión sexual. Muy por el contrario, la propaganda creada y difundida por la UFCo ve en las dueñas de casa de clase media uno de los personajes centrales hacia quienes dirigir su aparato publicitario, ya que a partir de la conquista de las madres, se procura el consumo del resto de la familia.

Si volvemos a preguntarnos ¿Quién se come los plátanos? La respuesta es que la UFCo espera que TODA Norteamérica -y el resto del mundo- coma plátanos y pone todo su empeño en ello.

Capítulo 3: De cómo la United Fruit Company pasó a llamarse "Mamita Yunai"

Los efectos sociales de la presencia de la UFCo en Centroamérica fueron profundos, modificando la vida cotidiana en las plantaciones y los patrones culturales de las sociedades locales. Las plantaciones se extendieron profusamente entre 1900 y 1920, época en que la producción de bananas de la UFCo alcanza mayor relevancia. Con la Crisis de 1929 -que inaugura la siguiente década la empresa- comienza la retirada de algunos sectores, quedando en evidencia la transformación de los parámetros culturales locales y los efectos de la crisis en Centroamérica.

La primera reacción a la presencia norteamericana viene de parte de los mismos sujetos que viven en contacto directo con la bananera en los enclaves de la Compañía. La introducción del modo de producción capitalista-industrialista, modifica las prácticas económicas de los pequeños campesinos y comunidades indígenas de la región, estableciendo un nuevo concepto de trabajo remunerado con efectos a nivel social.

"¡La frutera necesitaba esclavos para sus nuevas plantaciones!" [1] Los trabajadores de la Compañía, asentados en enclaves habitacionales especialmente creados para ellos, ven guíada su vida cotidiana por los requerimientos de la Compañía, expresados a nivel social por la cooperación -y complicidad- entre los administradores de ésta y los gobiernos oligárquicos. Las autoridades de la UFCo eran también autoridades sociales y políticas a nivel social, amparadas en la incapacidad del Estado de estar presentes en vastos territorios geográficos y de responder a las necesidades de la población. Muchas de estas demandas son respondidas por la Compañía, mezclándose la autoridad laboral con la autoridad política, lo que complica más aún el escenario social para los trabajadores, como expresa la pluma de Carlos L. Fallas, escritor costarricense que trabajó como liniero para la UFCo.

Es entre estos trabajadores que la UFCo comienza a ser conocida como Mamita Yunai (apropiación de la palabra anglosajona "United"), término qe expresa el nivel de relevancia de la empresa a nivel cotidiano: es la Compañía la que da trabajo, vivienda, salud, educación; y también otorga orden, vigilancia y castigo. En este sentido, la UFCo llega a operar como un Estado paralelo, en cuanto cumple funciones que los gobiernos locales son incapaces -por múltiples motivos- de cumplir.

Para sus administradores y trabajadores especializados, la UFCo recrea la sociedad norteamericana original, creando verdaderos ciudades separadas del resto, que permitieran la mantención de un tren de vida similar o por lo menos "digno" para sus funcionarios.

[1] Carlos L. Fallas, Mamita Yunai: El infierno de las bananeras, Segunda edición, Editorial Platina Buenos Aires, 1956, p.68
* Imagen obtenida aquí.

Interludio: "Mamita Yunai, el Infierno de las Bananeras"

"No lograron, entonces, domar la Raza, ni los habilidosos frailes con sus escapularios y oraciones, ni los valientes soldados de España con sus espaldas, arcabuces, cascos y corazas.

La doma, el embrutecimiento del indio, la destrucción de la raza bravía, quedo para otros conquistadores mil veces menos valientes, pero infinitamente mas crueles y rapaces que aquellos españoles ¡y más arteros!: para los conquistadores imperialistas yanquis, secundados por sus criollos serviles. Y para otros tiempos: para los gloriosos tiempos de la República Democrática y Libérrima.

Los gringos de la United no trajeron arcabuces ni corazas. Trajeron muchos cheques y muchos dólares para corromper a los gobernantes venales y adquirir perros de presa ente los más destacados hijos del país.

… Y el plácido y tranquilo valle de Talamanca se estremeció al paso de la jauría azuzada por los yanquis, que no llegaron en pos del legendario Tisingal. No. Querían tierra y hombre-bestias que la trabajaran. Y ya los pobres indios no pudieron contener el avance de la “nueva civilización”. Llorando con impotencia vieron abatirse las montañas seculares, en donde por tantos siglos la Raza Heroica había cantado su canción de libertad. Y ardieron sus palenques, se destruyeron sus sembrados y se revolcó la tierra en que dormían los huesos de sus bravos guerreros. (¿Buscaban esmeraldas fantásticas? No. Se iba a transformar el jugo de la tierra en bananos y en cacao que luego cambiarían por oro legítimo en los mercados extranjeros.)

La Raza, vencida al fin, remonto el río y fue a esconder su dolor al corazón de las montañas. Y allí la fue a acosar la jauría, que logro regresar a muchos infelices por la fuerza o con el cebo del aguardiente. ¡La frutera necesitaba esclavos para sus nuevas plantaciones!

Entró la locomotora y sacó millones y millones de frutas para los oriundos. Y mientas en la capital de la República los criollos imbéciles o pillos aplaudían la obra “civilizadora” de la United, en Talamanca corría el guaro y el sudor y la sangre también.

Pero al poco tiempo la tierra se canso de dar bananos y ya el cacao no significo nada para los yanquis. Entonces estos levantaron sus rieles, destruyeron sus puentes y, después de escupir con desprecio sobre la tierra exhausta, se marcharon triunfalmente hacia otras tierras de conquista. Se marcharon arruinando hasta a los criollos ingenuos que, creyendo poder medrar a la sombra de la bota yanqui, habían plantado sus tiendas en la región.

Y volvió el silencio al valle de Talamanca; pero un silencio de muerte. Se fueron los gringos y sus secuaces, pero no regresaron los indios."

Carlos L. Fallas, Mamita Yunai: El infierno de las bananeras, Segunda edición, Editorial Platina Buenos Aires, 1956, p.68-69

Capítulo 2: ¿Cómo hacer de la Banana un Negocio Próspero?

Hacia 1870 pocos nortemericanos habían comido plátanos alguna vez en su vida. Hacia 1898, cuando comienza a funcionar la UFCo, los norteamericanos consumían 16 millones de racimos al año. La empresa contaba con plantaciones en Colombia, Costa Rica, Cuba, Jamaica, Guatemala, Nicaragua, Panamá y Santo Domingo; poseía más de 180 de kilómetros de línea férrea que conectaba las plantaciones con los puertos y una naviera, la "Great White Fleet" con 11 naves propias y 30 arrendadas, que transportaba la fruta a todo el mundo.

Instalada en países con bajos niveles de desarrollo que se dedicaban casi exclusivamente a la agricultura y la exportación de monocultivos, la empresa funcionaba a través de verdaderos enclaves industriales donde se proveía de todo lo necesario para que el circuito productivo funcionara. Además de las tierras y los ferrocarriles, la UFCo poseía las viviendas de sus trabajadores, sus escuelas y sistemas de salud, llegando incluso a desarrollar investigaciones científicas sobre la viruela y la malaria para hacer más expedita la producción. “Como culminación [de los monopolios de la United Fruit Co.], al llegar al puerto de la Frutera, en un barco de la Frutera, el guatemalteco toma el ferrocarril de la Frutera. En consecuencia, no hay modo de escapar a la ubicua compañía Frutera” [1]

Además de los factores productivos, la UFCo desarrolló vinculaciones de todo tipo con los gobiernos oligárquicos de los países donde funcionaba: redes familiares con las oligarquías locales (como el matrimonio de Keith con la hija del presidente de Costa Rica), presión política a través del gobierno de EEUU e intervenciones militares y financiamiento de grupos mercenarios y paramilitares.

La UFCo poseía toda la línea productiva de la banana, hecho facilitado por las estructuras económicas y sociales de los países centroamericanos que permitían la obtención de grandes márgenes de ganancia: la acumulación de tierras en grandes latifundios, los bajos costos de la explotación laboral facilitada por las -¿inexistentes?- leyes laborales, además de la existencia de verdaderos "paraísos fiscales" para los inversionistas, que hacían que hacia 1920 la explotación de las bananas fuera un próspero negocio que modificaba profundamente las sociedades locales y se posicionaba sólidamente en la sociedad norteamericana.

[1] (Cardoza y Aragón, 1955) citado aquí.

Capitulo 1: Érase una vez un ingeniero en un tropical país...

En 1871 el gobierno de Costa Rica encarga al ingeniero norteamericano Henry Meiggs la construcción de la primera línea de ferrocarril del país. Sin embargo, el gobierno adquiere una deuda con el empresario, que debió pedir préstamos para concluir la línea. A modo de compensación, en 1894 el presidente Próspero Fernández Oreamundo ordena la entrega de 3.200 km² libres de impuesto y la concesión de la línea de ferrocarriles por 99 años a Minor C. Keith, sobrino de Meiggs que había muerto durante las operaciones... y nuero del presidente. Como el funcionamiento de los trenes no era lo suficientemente rentable, Keith inicia la explotación de las tierras de su propiedad, comenzando con semillas de bananas comercializadas por franceses, que a su vez, obtenían de Asia. Prontamente Keith exporta bananas a New Orleans y su experimento financiero resultó bastante rentable [1] En 1899, la empresa de bananas de Minor C.Keith se une a la Compañía Frutera de Boston de Andrew W.Preston,iniciando sus operaciones la corporación United Fruit Company que mundializa y populariza el consumo del producto.