Para producir el deseo de consumir bananas la UFCo utilizará todas las herramientas propias de la Sociedad de Masas del siglo XX: los Medios de Comunicación de Masas inauguran inimaginables alternativas de llegar a grupos de población utilizando los progresos técnicos a través de un discurso publicitario adecuado a las necesidades de los consumidores y la empresa. La UFCo genera un aparato publicitario de primer nivel: afiches, dibujos animados, documentales, libros, música.
El público al que se desea llegar es al ciudadano promedio de clase media norteamericano, cuyo nivel de ingresos le permitiera sostener un nivel de consumo constante. Para ello se utiliza un discurso de carácter pedagógico que busca educar a la población en las bondades del consumo de bananas, destacando sus cualidades nutricionales, la rapidez y simpleza de su consumo, lo que lo hace un producto adecuado para toda la familia, en especial para los niños. Por otro lado, es necesario derribar prejuicios y mitos respecto al consumo de la banana, como por ejemplo, el que condena que las mujeres coman plátanos en espacios públicos por una clara alusión sexual. Muy por el contrario, la propaganda creada y difundida por la UFCo ve en las dueñas de casa de clase media uno de los personajes centrales hacia quienes dirigir su aparato publicitario, ya que a partir de la conquista de las madres, se procura el consumo del resto de la familia.
Si volvemos a preguntarnos ¿Quién se come los plátanos? La respuesta es que la UFCo espera que TODA Norteamérica -y el resto del mundo- coma plátanos y pone todo su empeño en ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario